Entre medio de mis pinturas me entero del fallecimiento de otro artista: Miguel Ayala. Mi amigo, compañero de lucha, cómplice de las noches locas de vino y rosas; lo recuerdo por soleá en la Peña Flamenca, revisando parte de mi obra en su casa de La Mella...y tantas cosas. Te quiero Miguel y estoy triste por tu ausencia. Besos desde aquí, desde este perro mundo que tú has abandonado. ¿Qué hacemos nosotros ahora?
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