Hola Juan, gracias por enviarme el mensaje esta mañana anunciando el nuevo cuadro. Lo estoy mirando ahora y veo la misma coherencia y trayectoria de los anteriores. Algunos de los triángulos señalan hacia la puerta del arco del triunfo y esta es la zona más clara del cuadro. Todo apunta hacia esa puerta, parece como si quisieras pasar a través de ella, pero hay muchos elementos pesados que son obstáculos y que se van interponiendo, dificultando, incluso desviando el camino. Hay mucha pesadez en el cielo gris y negro. Me preocupa el triángulo negro y tumbado en el centro del cuadro. Si lo miro desde el punto de vista compositivo, me resulta de gran belleza, me gustan los colores, las formas y las texturas. Pero si intento ir un poco más allá, me produce cierto desasosiego y sensación de ahogo, los negros arriba y abajo encajonan al resto de los elementos y los demás elementos son triángulos la mayoría, son dolorosos, punzantes. Me obliga a mirar hacia el arco que es el único punto donde quiero ir y pasar a través de él, pero no está facil llegar hasta él, hay un camino lleno de espinas y tengo delante el triángulo negro que me atemoriza. En la medida en que pones todos estos elementos en tus cuadros te vas deshaciendo de ellos y te vas liberando y haciendo más ligera la carga. Muchas gracias por compartir tus cuadros conmigo, es un gran privilegio para mi. Me transmiten autenticidad, vida, fuerza, poder. Me hacen pensar en la vida. Te transcribo un párrafo de Albert Einstein que leí ayer y que me encantó: "¡Qué extraña suerte la de nosotros los mortales! Estamos aquí por un breve periodo; no sabemos con qué propósito, aunque a veces creemos percibirlo. Pero no hace falta reflexionar mucho para saber, en contacto con la realidad cotidiana, que uno existe para otras personas: en primer lugar para aquellos de cuyas sonrisas y de cuyo bienestar depende totalmente nuestra propia felicidad, y luego, para los muchos, para nosotros desconocidos, a cuyos destinos estamos ligados por lazos de afinidad. Me recuerdo a mi mismo cien veces al día que mi vida interior y mi vida exterior se apoyan en los trabajos de otros hombres, vivos y muertos, y que debo esforzarme para dar en la misma medida en que he recibido y aún sigo recibiendo."Un fuerte abrazo. Mavi.
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Hola Juan, gracias por enviarme el mensaje esta mañana anunciando el nuevo cuadro.
Lo estoy mirando ahora y veo la misma coherencia y trayectoria de los anteriores. Algunos de los triángulos señalan hacia la puerta del arco del triunfo y esta es la zona más clara del cuadro. Todo apunta hacia esa puerta, parece como si quisieras pasar a través de ella, pero hay muchos elementos pesados que son obstáculos y que se van interponiendo, dificultando, incluso desviando el camino. Hay mucha pesadez en el cielo gris y negro. Me preocupa el triángulo negro y tumbado en el centro del cuadro.
Si lo miro desde el punto de vista compositivo, me resulta de gran belleza, me gustan los colores, las formas y las texturas. Pero si intento ir un poco más allá, me produce cierto desasosiego y sensación de ahogo, los negros arriba y abajo encajonan al resto de los elementos y los demás elementos son triángulos la mayoría, son dolorosos, punzantes. Me obliga a mirar hacia el arco que es el único punto donde quiero ir y pasar a través de él, pero no está facil llegar hasta él, hay un camino lleno de espinas y tengo delante el triángulo negro que me atemoriza.
En la medida en que pones todos estos elementos en tus cuadros te vas deshaciendo de ellos y te vas liberando y haciendo más ligera la carga.
Muchas gracias por compartir tus cuadros conmigo, es un gran privilegio para mi. Me transmiten autenticidad, vida, fuerza, poder. Me hacen pensar en la vida.
Te transcribo un párrafo de Albert Einstein que leí ayer y que me encantó: "¡Qué extraña suerte la de nosotros los mortales! Estamos aquí por un breve periodo; no sabemos con qué propósito, aunque a veces creemos percibirlo. Pero no hace falta reflexionar mucho para saber, en contacto con la realidad cotidiana, que uno existe para otras personas: en primer lugar para aquellos de cuyas sonrisas y de cuyo bienestar depende totalmente nuestra propia felicidad, y luego, para los muchos, para nosotros desconocidos, a cuyos destinos estamos ligados por lazos de afinidad. Me recuerdo a mi mismo cien veces al día que mi vida interior y mi vida exterior se apoyan en los trabajos de otros hombres, vivos y muertos, y que debo esforzarme para dar en la misma medida en que he recibido y aún sigo recibiendo."Un fuerte abrazo. Mavi.
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